Quiero partir contándoles cómo llegaron a ser estas dos, el arte y la meditación, mis grandes
pasiones.
Siempre he amado el arte, desde que era chica me encantaba pintar y tenía una tía que
me hacía clases de arte en su casa, amaba sus clases. Cuando cumplí 15 me regalaron mi primera
cámara de foto réflex, tome el electivo de arte en el colegio y aprendí a revelar, tome cursos de
fotografía y me enamore de ella. Hasta gané un concurso en el colegio. Más tarde al tener que
elegir una carrera, una gran opción era arte, pero aparecían en mi los miedos y las creencias de
que a lo mejor no era una buena carrera o no era una profesión muy estable. Así fue como cuando
llego el momento de elegir qué estudiar, lo más importante era quedar en la Universidad Católica
y dependiendo de eso elegiría qué. Cuando tuve que postular me decidí por lo más ¨seguro¨ desde
mi mirada en ese momento. Entre a Educación de Párvulos pensando que seguiría conectada con
el arte como un hobby.
Pasaron los años y me centré más en mi carrera, incluso seguí estudiando en torno al tema de la educación, que también me encanta. Luego de estudiar me casé y quisimos tener niños muy luego. Mi vida se puso intensísima, llevándome, incluso a una gran crisis personal, y fue ahí en la mitad del huracán que mágicamente interrumpió un curso de meditación.
Al practicar la meditación durante 21 días, una mañana me di cuenta que alguien o algo se había
llevado mi angustia y mi ansiedad y mi vida era exactamente la misma. No lo podía creer, como
solo practicando esta maravillosa herramienta me sentía mucho mejor. Con el pasar del tiempo fui
viendo cómo gracias a la meditación mi vida iba cambiando. Un día después de meditar reconecté
con el arte, había quedado por años guardado en el fondo de mí. Y desde ese día no lo solté más,
empecé un diplomado en arte y luego tomé clases de pintura con Ignacio Gana. Fue con el que
reconecte con mi amor por la pintura y me lance a pintar a mi pinta.
El arte es mágico, es sanador y nos conecta con nuestra alma, al igual que la meditación. Son
herramientas transformadoras y juntas son magia. Es por esto que cree un taller muy poderoso
donde conectamos con nosotros a través de la meditación y luego expresamos a través del arte.
Este taller tiene dos partes, la primer consiste en hacer una meditación grupal. Así nos conectamos
con nuestro cuerpo, con nuestras emociones, con nuestra alma. Recuperamos la calma y la
tranquilidad y somos más capaces de observarnos y ver cómo estamos realmente. Luego de la
meditación grupal vamos a la expresión, con mi guía y con una variedad de materiales. Vas
eligiendo que quieres hacer, cómo y con qué material quieres expresarte.
Este taller es un regalo para el alma.
Los espero en mis talleres, un abrazo grande!
Mery